Día Internacional de la Educación: La ONG Educo pide más compromisos presupuestarios en este contexto de emergencia

Este es un mensaje de la ONG Educo con motivo del Día Internacional de la Educación que se conmemora cada 24 de enero.

EDUCO DENUNCIA QUE EN 2022 LA AYUDA A LA EDUCACIÓN EN PAÍSES EN CRISIS HUMANITARIA SOLO HA CUBIERTO EL 28,9% DE LAS NECESIDADES

– El 40% de los niños, niñas y adolescentes que viven en zonas de conflicto, países en guerra o países afectados por desastres naturales se han visto privados de su derecho a la educación en los últimos cinco años.

– Solo el 3% de los fondos humanitarios se dedican actualmente a la educación en situaciones de emergencia, lejos del 10% exigido por la Campaña Mundial por la Educación, de la que forma parte Educo.

24 de enero de 2023– Con motivo del Día Internacional de la Educación, la ONG Educo denuncia la falta de financiamiento para la educación de niños, niñas y adolescentes en contextos de emergencia humanitaria. “Las emergencias humanitarias son cada vez más numerosas en el mundo. También son más complejos y de mayor duración. Estamos hablando, entre otras cosas, de guerras o desastres provocados por la crisis climática. En tales situaciones, el derecho de los niños a la educación no está garantizado”, dice Pilar Orenes, Gerente General de Educo. “Cuando las bombas destruyeron tu escuela, cuando tuviste que huir con tu familia por la violencia o cuando las lluvias torrenciales asolaron tu comunidad, tu derecho a la educación se esfumó.

Actualmente, a nivel mundial, el 3% de los fondos humanitarios se asignan a la educación en situaciones de emergencia. Educo estima, no obstante, que este porcentaje debería llegar al 10%, tal y como recomienda la Campaña Mundial por la Educación, de la que forma parte la ONG y de la que coordina la acción en España. “En emergencias humanitarias, la educación tiende a quedar en un segundo plano. Ciertamente, es obvio que la alimentación y la protección de los niños deben garantizarse en primer lugar, pero la educación también es una emergencia. De hecho, si los niños no regresan a la escuela lo antes posible, el riesgo de abandonar la escuela será mayor, así como el de ser víctima del trabajo infantil o el matrimonio precoz. Esto es esencial no solo para su futuro, sino también para su presente. Ir a la escuela significa redescubrir una rutina que ayude a los niños a sobrellevar la vida cotidiana en un contexto de crisis. También significa conocer a otros niños e interactuar con ellos en un espacio protegido”, explica el director general de la ONG. 

Durante los últimos diez años, los países donantes han aumentado su financiación para la ayuda humanitaria al sector de la educación. En 2013, las contribuciones a la educación representaron el 1,9% del gasto total; en 2022 ascendieron al 2,9%. En concreto, según el Sistema de Seguimiento Financiero de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), se han multiplicado por más de cuatro, pasando de 163 a 721 millones de dólares. Sin embargo, este aumento no es suficiente para cubrir las necesidades cada vez mayores. Con el aumento del número, la complejidad y la duración de las crisis, las necesidades educativas se han sextuplicado en la última década, mientras que la respuesta de los actores humanitarios no ha sido proporcional.

Ante esta situación, Educo pide que los compromisos presupuestarios a favor de la educación en contextos de emergencia se multipliquen por diez y se incrementen hasta un 10%. La ONG también pide reconocer la necesidad de priorizar la educación en emergencias y por ende los fondos que se le asignan, implementar estrategias de largo plazo que aborden las causas sistémicas de las crisis, con el fin de reducir su impacto y promover la paz, y dar protagonismo a el enfoque de género. “La educación es la herramienta clave que permite a las generaciones futuras estar mejor preparadas para reconstruir su país de manera pacífica y sostenible. Es un componente fundamental de la lucha contra la pobreza y la reducción de la brecha de género. Invertir en educación en contextos de guerra, conflictos olvidados o entornos devastados por sequías o terremotos no debe limitarse a asegurar la reanudación de clases y la formación de niños, niñas y adolescentes. También debe incluir programas de educación acelerada para quienes han perdido parte del año escolar, atención de salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, y comedores o instalaciones de agua y saneamiento. Las actuaciones deben llevarse a cabo con un enfoque de género que asegure que se presta especial atención a las niñas y mujeres, el colectivo que sigue siendo el más afectado”, concluye Pilar Orenes. los conflictos olvidados o los entornos devastados por la sequía o los terremotos no deben limitarse a garantizar la reanudación de las clases y la formación de niños, niñas y adolescentes. También debe incluir programas de educación acelerada para quienes han perdido parte del año escolar, atención de salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, y comedores o instalaciones de agua y saneamiento. Las actuaciones deben llevarse a cabo con un enfoque de género que asegure que se presta especial atención a las niñas y mujeres, el colectivo que sigue siendo el más afectado”, concluye Pilar Orenes. los conflictos olvidados o los entornos devastados por la sequía o los terremotos no deben limitarse a garantizar la reanudación de las clases y la formación de niños, niñas y adolescentes. También debe incluir programas de educación acelerada para quienes han perdido parte del año escolar, atención de salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, y comedores o instalaciones de agua y saneamiento. Las actuaciones deben llevarse a cabo con un enfoque de género que asegure que se presta especial atención a las niñas y mujeres, el colectivo que sigue siendo el más afectado”, concluye Pilar Orenes. También debe incluir programas de educación acelerada para quienes han perdido parte del año escolar, atención de salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, y comedores o instalaciones de agua y saneamiento. Las actuaciones deben llevarse a cabo con un enfoque de género que asegure que se presta especial atención a las niñas y mujeres, el colectivo que sigue siendo el más afectado”, concluye Pilar Orenes. También debe incluir programas de educación acelerada para quienes han perdido parte del año escolar, atención de salud mental y apoyo psicosocial para menores y personal educativo, y comedores o instalaciones de agua y saneamiento. Las actuaciones deben llevarse a cabo con un enfoque de género que asegure que se presta especial atención a las niñas y mujeres, el colectivo que sigue siendo el más afectado”, concluye Pilar Orenes.

Durante más de 30 años, Educo ha llevado a cabo proyectos enfocados a la educación en Europa, América Latina, África y Asia. Varios de sus programas se están desarrollando actualmente en situaciones de emergencia, como en la región del Sahel, en los campos de refugiados rohingya en Bangladesh o en Ucrania. El objetivo de la organización es garantizar a los niños involucrados en estas actividades el acceso a una educación equitativa y de calidad, aún en el contexto de crisis en el que viven. 

“Estoy feliz de haber vuelto a la escuela gracias a Educo. Mi futuro será exitoso”

En Burkina Faso, en África Occidental, Educo ha implementado muchos proyectos de educación de emergencia luego del cierre de las escuelas debido a la crisis humanitaria. Alidja, una estudiante desplazada interna, se benefició de las lecciones de recuperación del proyecto Educación en Situaciones de Emergencia (ESU) implementado por Educo con el apoyo financiero de UNICEF. Mientras estaba en la clase CE1, había dejado su aldea Nagré, provincia de Gourma, región oriental con sus padres para instalarse en Fada debido al problema de seguridad. En el lugar, Alidja, se dedicaba a la venta de huevos cocidos con el fin de tener un pequeño ingreso para ayudar a sus padres. Estaba desesperada porque sus estudios habían sido interrumpidos. Frente a sus compañeros de clase en el barrio que continúan su educación, estaba avergonzada porque prácticamente había dejado la escuela. Pero tras la información recabada, sus padres le aconsejaron que abandonara su actividad comercial (venta de huevos) para seguir los cursos de nivelación iniciados en el marco del proyecto ESU en las escuelas de Fada. Cualquier cosa que le permitiera volver a la normalidad. “Estoy muy feliz de haber vuelto a la escuela gracias a Educo. Mi futuro será un éxito”, se regocija Alidja, que quiere ser maestra más adelante. Ella quiere que todos los niños desplazados internos tengan la oportunidad de beneficiarse de este tipo de proyectos implementados por Educo. Cualquier cosa que le permitiera volver a la normalidad. “Estoy muy feliz de haber vuelto a la escuela gracias a Educo. Mi futuro será un éxito”, se regocija Alidja, que quiere ser maestra más adelante. Ella quiere que todos los niños desplazados internos tengan la oportunidad de beneficiarse de este tipo de proyectos implementados por Educo. Cualquier cosa que le permitiera volver a la normalidad. “Estoy muy feliz de haber vuelto a la escuela gracias a Educo. Mi futuro será un éxito”, se regocija Alidja, que quiere ser maestra más adelante. Ella quiere que todos los niños desplazados internos tengan la oportunidad de beneficiarse de este tipo de proyectos implementados por Educo. 

“Gracias al proyecto ESU de Educo puedo escribir una carta para su padre, ayudar a mis padres a descifrar los mensajes de sus teléfonos”.

Hawoulatou, un niño desplazado interno en Fada, también se benefició de las clases de recuperación implementadas por Educo. Llegó a Fada en 2021 y se había embarcado en un pequeño negocio ayudando a una mujer a vender arroz. Antes de inscribirse en las clases de recuperación, Hawoulatou no sabía leer ni escribir. Cuando se encontró en el barrio con sus compañeros que son estudiantes, sintió vergüenza. Desde que se sumó a la pasarela dejó de vender arroz, ahora sabe contar y leer. Y ahora se expresa bien con sus compañeros de clase cuando se divierten. Hawoulatou dice que está convencida de que con los cursos del proyecto ESU podrá integrarse más adelante al sistema educativo tradicional. 

“Gracias al proyecto Educo puedo escribir una carta para su padre, ayudar a mis padres a descifrar los mensajes de sus teléfonos”

En Níger, Educo también implementa proyectos educativos para ayudar a proporcionar una educación de calidad a los niños afectados por la crisis humanitaria. Ramatoulaye, un niño desplazado internamente en Tillabéri, pasó un año sin ir a la escuela. Estaba matriculada en el centro SSAP de Tadresse implementado por Educo como parte del Proyecto de Acceso a una Educación Segura y de Calidad para Niños Afectados por la Crisis de Seguridad y el COVID 19, en la Región de Tillabéri en Níger (PAES). Ramatoulaye sabe leer y escribir después de 6 meses de enterarse de que la opinión de la sociedad sobre ella ha cambiado. Sabe leer y escribir y espera poder estudiar y ser maestra o enfermera. 

Para Educo, los testimonios de Alidja, Hawoulatou, Ramatoulaye, revelan la realidad de los niños que viven en situaciones de emergencia. Por eso la ONG vuelve a defender la necesidad de invertir en el derecho a la educación. Este es un elemento clave para abordar las desigualdades sociales que surgen de todas las crisis humanitarias.

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